Éste pequeño desierto - Historia de un Soñador (Parte 2)

Este pequeño desierto.

Historia de un Soñador (Parte 2)

Es muy poco lo que llegamos a saber por la escritura respecto a lo que pasa en la vida y en la mente de José durante el tiempo que dura su travesía entre la cisterna, la caravana madianita y su llegada a Egipto, sin embargo quiero tomarme una licencia creativa para dejar una enseñanza al respecto. 

Al ver la cuerda que bajaba, pensó para sí, - Qué alivio, por fin acabó la mala broma - a pesar de su enojo, tristeza y frustración profunda se esforzó por sacar una sonrisa, tras recibir de nuevo el impacto de la luz del sol en sus ojos, su vista se oscureció por un momento, -¡Agh! fue el único sonido que se le escuchó, ya con la vista adaptada a la luz, comenzó, - Herman... se detuvo súbitamente, algo andaba mal, "no recuerdo un grupo tan grande de gente" pensó, vio la bolsa que contenía las 20 monedas, y la expresión rígida, y sin ninguna señal de amor en el rostro de sus hermanos. 

-Él es, dijo uno de sus hermanos , y se acerco uno de los mercaderes, que lo miró con aire de satisfacción y comenzó a atar sus manos.
-Un momento, me quedo con la túnica. D
ijo de nuevo.

Se acercó y se la quitó sin la más mínima compasión, era la túnica que su padre le había regalado, "mi padre" pensó José, pero ya se encontraba empujado con violencia por la caravana de los madianitas, cuando pudo mirar atrás por última vez su hermosa túnica, era rota en pedazos, y un cordero era sacrificado para manchar con su sangre los trozos de la colorida tela.

Silencio total en el camino mientras se internaban en el desierto que conducía a Egipto, empujones, risas de los mercaderes y la ruta hacia un lugar totalmente desconocido. -Odiado por mis hermanos, alejado de mi padre y olvidado de la mano de Dios. Eso podía pensar José, sin embargo al final de ese desierto, comenzaba a construirse el fundamento de lo que sería el cumplimiento del Sueño que Dios había dado para José. FIN

De la misma forma que José, podemos llegar a pasar por distintas situaciones de transición en nuestra vida donde sin importar a qué lugar miremos, todo parece ser un completo panorama de muerte y desolación, pero quiero hacerte saber que éste pequeño desierto te conduce al comienzo de lo que Dios siempre ha querido hacer con tu vida y tu corazón. 

Todo desierto parece el más duro, el más grave, todo desierto parece ser el fin, pero no lo es, si se enfrenta de la mano de Dios, lo que estás pasando, lo que estás viviendo, no es el fin, es el comienzo de algo mayor, es el comienzo de lo mejor, eleva tu vista al cielo, porque éste pequeño desierto se transforma en una grande bendición, en éste pequeño desierto, Dios hará aguas fluir, en este pequeño desierto, las cosas van a cambiar. 

En este pequeño desierto no se escribe mi fin, en este pequeño desierto se escribe una nueva página de mi historia, en éste pequeño desierto se procesa mi carácter, en éste pequeño desierto conozco más a Dios, en éste pequeño desierto descubro su voluntad para mi vida, en éste pequeño desierto aprendo a levantar a otros, en este pequeño desierto fijo mi vida en lo que más importa, en éste pequeño desierto muero a lo que no me sirve para nacer a lo que me es indispensable. 

Éste pequeño desierto, éste pequeño desierto, resulta ser un gigantesco paso hacia mi bendición. 


    

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